Diario La Mañana de Neuquén


El Calcumilenio inolvidable



Una experiencia nacida directamente del corazón es la que se vivió en el encuentro para celebrar el cumpleaños de la actriz, autora y cantora Luisa Calcumil. El denominado "Calcumilenio" es narrado aquí por Hilda López.



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Cualquier cumpleaños merecerá ser recordado, festejado u olvidado. Pero hay cumpleaños que se convierten en una experiencia inolvidable.
Así fue el cumpleaños de Luisa Calcumil, que se extendió desde el 18 al 21 de febrero, bajo la denominación del Calcumilenio.
La actriz, cantora, autora, tiene una saludable costumbre: convocar a quienes la rodearon en su historia de vida, a quienes la ayudan a transitarla y a todos aquellos que deseen, se sientan “llamados” por un gesto del corazón. Porque en ese espacio, ese tiempo, ese momento, el corazón hace gestos únicos e irrepetibles.
Amigos de Tucumán, Chubut, Mendoza, Pergamino, Córdoba, Buenos Aires, y de la propia provincia natal: Río Negro, llegaron hasta la casa de Luisa y su esposo Omar.
Un encuentro donde la palabra, el canto, las anécdotas y los objetos, la comida, fueron preparados para compartir: cada uno aportó lo suyo y así se mezclaron las noches con los días, los jóvenes con los abuelos, los niños con sus padres, y las empanadas, la humita y el fuego “aguantando” la carne de un potranco sometido al diente de los paisanos. Todos abocados a la dulce tarea de hacer mejor los soles, la lluvia, los vientos, el calor, el abrigo de cada minuto compartido.
Los apellidos mapuches declararon su fuerte presencia ancestral. Con humildad, respeto y alegría, Luisa y sus “hermanos paisanos”, dieron ejemplo y cátedra de convivencia.

El clima del encuentro
Para que se produzca un encuentro humano, debe prevalecer la voluntad, el interés y la disposición para el asombro. En esta oportunidad todo indicaba que se estaba frente, o en el medio, de un encuentro único.
Desde Tucumán llegó Josefina Raceda, una singular mujer conocida y reconocida en el ambiente universitario, docente e impulsora de estudios e investigaciones sobre cultura, identidad y patrimonio. Calzada en zapatillas, anduvo en el festejo moviendo la fibra de cada uno y de todos. Conocedora de la idiosincrasia de “lo popular”, no se le escapó un detalle en la entrega: conversó, gastó bromas, cantó incansablemente, explicó cada canción desconocida para el resto, contó historias y atrapó a las mujeres que la rodearon con bancos improvisados, vasos de vino, y ojos de asombro.
Josefina es una mujer que ha caminado el país en su verdadera dimensión: desde adentro, desde la profundidad de lo anónimo y palpitante. Por eso su saber atrapa inmediatamente. Es profesora en la Universidad de Tucumán, es maestra en dos escuelas de “Psicología social” (“Vínculos”) y creadora de grupos de investigación que figuran en libros especializados en la materia, artículos en revistas y publicaciones varias. Hija de mapuche y boliviano, viaja permanentemente a ese país “que quiero tanto”, dice sonriendo. Lo conoce como conoce un hijo a su padre, desde la mirada, desde el silencio y la alegría de esos ritmos pegadizos que interpreta con su acordeón pequeño, de madera y dulcemente sonoro.
Josefina Raceda, tiene “seguidores”, aquellos que la acompañan en la tarea que realiza incansablemente, a todas partes.
Al cumpleaños de Luisa llegó con una periodista boliviana, que trabaja en Radio Universidad de Río Cuarto de la Provincia de Córdoba. Una mujer inquieta e informada, que aprovecha los momentos para levantar la nota, averiguar datos, recoger todo aquello que sirva a su tarea. La fiesta invitaba a algo más, y Virginia (la periodista) también tomó el acordeón y desplegó aquello aprendido en su infancia: la música “pícara” de los bolivianos. Otra “seguidora” de Josefina, Cecilia Lovizio, docente, estudiante de periodismo con idénticas inquietudes, prometiendo enviar más y más datos sobre la tarea emprendida entre mujeres en distintos puntos del país.
Desde Chubut, Esquel, llegó Adela Huaiquimil, docente jubilada, creadora de jardines maternales que extendió hasta la fecha su saber del tema: ofrece charlas, guía la tarea, aporta con sus cuentos para “niños golpeados” y recuerda con amor su paso por Neuquén y a Jaime Francisco De Nevares.
Adela recuerda su trabajo en el pequeño jardín maternal en Villa Farrel de Neuquén, y se emociona sin tapujos.
En todo momento y tal vez, en el menos esperado, aparecía la voz de Sandra Amaya, una mendocina morena dueña de una voz bellísima. Sandra canta naturalmente, abre su boca para decir versos, reflexiones, sentencias que su mente ha creado para entregarla en canciones. Sencilla y profunda, la “cantora”, es un hallazgo que debería ser más conocida. Trabaja como tal en su pueblo, en fiestas populares no difundidas y en encuentros de naturaleza espontánea. Una cantora completísima en el arte musical.

Final de fiesta
Luisa sembraba abrazos y sonrisas sin pausa, invitaba a las paisanas abuelas a bailar valsecitos criollos y regalaba a “los que siempre la acompañaron” un cuenquito hecho de barro por ella mismo. “Así debe ser la cantidad que debemos comer, un puñado que entre en la mano”, apuntó, “para estar sanos y lindos”, aseguró.
Y ese cuenco, está en un lugar de la casa de quien escribe estas líneas: no habrá premio más valioso y nunca esperado.
No podía faltar la más anciana de las paisanas: una mujer de pelo negro, muy delgada, de manos fibrosas y elocuentes que sorprendió con sus palabras: habló de la importancia de los buenos modales y de lo que había que enseñar a los hijos. El silencio se hizo religión: sus palabras fueron tomadas con la unción merecida. Esa palabra es ley.
Los abrazos de la despedida envolvieron a cada uno de los presentes como la suave llovizna que caía entre los árboles.
Luisa agradecía y despedía a sus amigos con el canto más antiguo en la palabra nunca lo suficientemente y adecuadamente usada: gracias. Porque efectivamente, todos estuvieron en “estado de gracia”. Como corresponde en el cumpleaños de una respetada y querida mapuche: Luisa Calcumil.

Hilda López

1 Response to "Diario La Mañana de Neuquén"

  1. maru says:
    20 de junio de 2011, 8:43

    hola luisa, te escribimos las compañeras y compañers del frente popular dario santillan, desde nuestro espacio-trabajo de genero estamos organizando en lujan un campamento de formacion en genero, un espacio para debatir, reflexionar con 300 cumpas de todo el pais sobre las injusticias impuestas sobre mujeres y niños y avanzar en esta lucha de transformar nuestra sociedad. Algunas de nosotras tuvimos el gusto de verte en el teatro, otras en pelicuala, de escucharte y leerte. Queremos invitarte a participar del campamento a que compartas tu experiencia con nosotr@s, con una charla, una obrita, tu presencia. Nos imaginamos que sera muy dificil para vos, pero bueno, nosotras lo imaginamos y no queriamos dejar de intentarlo.
    te dejo un mail para contacto rafifeli@hotmail.com
    Un abrazo grande!

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