Diario La Mañana de Neuquén


El Calcumilenio inolvidable



Una experiencia nacida directamente del corazón es la que se vivió en el encuentro para celebrar el cumpleaños de la actriz, autora y cantora Luisa Calcumil. El denominado "Calcumilenio" es narrado aquí por Hilda López.



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Cualquier cumpleaños merecerá ser recordado, festejado u olvidado. Pero hay cumpleaños que se convierten en una experiencia inolvidable.
Así fue el cumpleaños de Luisa Calcumil, que se extendió desde el 18 al 21 de febrero, bajo la denominación del Calcumilenio.
La actriz, cantora, autora, tiene una saludable costumbre: convocar a quienes la rodearon en su historia de vida, a quienes la ayudan a transitarla y a todos aquellos que deseen, se sientan “llamados” por un gesto del corazón. Porque en ese espacio, ese tiempo, ese momento, el corazón hace gestos únicos e irrepetibles.
Amigos de Tucumán, Chubut, Mendoza, Pergamino, Córdoba, Buenos Aires, y de la propia provincia natal: Río Negro, llegaron hasta la casa de Luisa y su esposo Omar.
Un encuentro donde la palabra, el canto, las anécdotas y los objetos, la comida, fueron preparados para compartir: cada uno aportó lo suyo y así se mezclaron las noches con los días, los jóvenes con los abuelos, los niños con sus padres, y las empanadas, la humita y el fuego “aguantando” la carne de un potranco sometido al diente de los paisanos. Todos abocados a la dulce tarea de hacer mejor los soles, la lluvia, los vientos, el calor, el abrigo de cada minuto compartido.
Los apellidos mapuches declararon su fuerte presencia ancestral. Con humildad, respeto y alegría, Luisa y sus “hermanos paisanos”, dieron ejemplo y cátedra de convivencia.

El clima del encuentro
Para que se produzca un encuentro humano, debe prevalecer la voluntad, el interés y la disposición para el asombro. En esta oportunidad todo indicaba que se estaba frente, o en el medio, de un encuentro único.
Desde Tucumán llegó Josefina Raceda, una singular mujer conocida y reconocida en el ambiente universitario, docente e impulsora de estudios e investigaciones sobre cultura, identidad y patrimonio. Calzada en zapatillas, anduvo en el festejo moviendo la fibra de cada uno y de todos. Conocedora de la idiosincrasia de “lo popular”, no se le escapó un detalle en la entrega: conversó, gastó bromas, cantó incansablemente, explicó cada canción desconocida para el resto, contó historias y atrapó a las mujeres que la rodearon con bancos improvisados, vasos de vino, y ojos de asombro.
Josefina es una mujer que ha caminado el país en su verdadera dimensión: desde adentro, desde la profundidad de lo anónimo y palpitante. Por eso su saber atrapa inmediatamente. Es profesora en la Universidad de Tucumán, es maestra en dos escuelas de “Psicología social” (“Vínculos”) y creadora de grupos de investigación que figuran en libros especializados en la materia, artículos en revistas y publicaciones varias. Hija de mapuche y boliviano, viaja permanentemente a ese país “que quiero tanto”, dice sonriendo. Lo conoce como conoce un hijo a su padre, desde la mirada, desde el silencio y la alegría de esos ritmos pegadizos que interpreta con su acordeón pequeño, de madera y dulcemente sonoro.
Josefina Raceda, tiene “seguidores”, aquellos que la acompañan en la tarea que realiza incansablemente, a todas partes.
Al cumpleaños de Luisa llegó con una periodista boliviana, que trabaja en Radio Universidad de Río Cuarto de la Provincia de Córdoba. Una mujer inquieta e informada, que aprovecha los momentos para levantar la nota, averiguar datos, recoger todo aquello que sirva a su tarea. La fiesta invitaba a algo más, y Virginia (la periodista) también tomó el acordeón y desplegó aquello aprendido en su infancia: la música “pícara” de los bolivianos. Otra “seguidora” de Josefina, Cecilia Lovizio, docente, estudiante de periodismo con idénticas inquietudes, prometiendo enviar más y más datos sobre la tarea emprendida entre mujeres en distintos puntos del país.
Desde Chubut, Esquel, llegó Adela Huaiquimil, docente jubilada, creadora de jardines maternales que extendió hasta la fecha su saber del tema: ofrece charlas, guía la tarea, aporta con sus cuentos para “niños golpeados” y recuerda con amor su paso por Neuquén y a Jaime Francisco De Nevares.
Adela recuerda su trabajo en el pequeño jardín maternal en Villa Farrel de Neuquén, y se emociona sin tapujos.
En todo momento y tal vez, en el menos esperado, aparecía la voz de Sandra Amaya, una mendocina morena dueña de una voz bellísima. Sandra canta naturalmente, abre su boca para decir versos, reflexiones, sentencias que su mente ha creado para entregarla en canciones. Sencilla y profunda, la “cantora”, es un hallazgo que debería ser más conocida. Trabaja como tal en su pueblo, en fiestas populares no difundidas y en encuentros de naturaleza espontánea. Una cantora completísima en el arte musical.

Final de fiesta
Luisa sembraba abrazos y sonrisas sin pausa, invitaba a las paisanas abuelas a bailar valsecitos criollos y regalaba a “los que siempre la acompañaron” un cuenquito hecho de barro por ella mismo. “Así debe ser la cantidad que debemos comer, un puñado que entre en la mano”, apuntó, “para estar sanos y lindos”, aseguró.
Y ese cuenco, está en un lugar de la casa de quien escribe estas líneas: no habrá premio más valioso y nunca esperado.
No podía faltar la más anciana de las paisanas: una mujer de pelo negro, muy delgada, de manos fibrosas y elocuentes que sorprendió con sus palabras: habló de la importancia de los buenos modales y de lo que había que enseñar a los hijos. El silencio se hizo religión: sus palabras fueron tomadas con la unción merecida. Esa palabra es ley.
Los abrazos de la despedida envolvieron a cada uno de los presentes como la suave llovizna que caía entre los árboles.
Luisa agradecía y despedía a sus amigos con el canto más antiguo en la palabra nunca lo suficientemente y adecuadamente usada: gracias. Porque efectivamente, todos estuvieron en “estado de gracia”. Como corresponde en el cumpleaños de una respetada y querida mapuche: Luisa Calcumil.

Hilda López

Diario Río Negro - Sección entrevistas

Claudio Andrade. Diario Rio Negro.

Entrevista con Luisa Calcumil

Fue Gerónima y nos conmovió hasta los tuétanos. Con un personaje, con una línea de diálogo reveló un universo y una verdad poderosa. El viento le susurra no aflojes. Por eso no ha dejado de crear, y comedia y drama, y tensión y placer, se han hecho cuerpo, el suyo, sobre el escenario. Conversamos a la distancia. Mail mediante. Ida y vuelta. Este es un diálogo moderno de cosas eternas.

-¿Qué le dice el viento?
-No aflojes.
-¿Cuál es su refugio?
-Las honduras.
-¿Hay un momento de su vida artística que no puede olvidar?
-La filmación de “Gerónima”.
-¿Quién es la voz de los pobres?
-La lucha.
-¿Y la de los acaudalados?
-Innumerables entes, instituciones, dimensiones y creencias que dominan el mundo, pero no son el universo.
-¿Ha llorado antes de salir a escena?
-No.
-¿Y después?
Muchas veces, recuerdo una en especial en l.987 en Mar del Plata al finalizar la presentación de “Es Bueno mirarse en la Propia Sombra” desde la platea surgió una mujer que no podría decir que lloraba, sino que bramaba lamentos antiguos, corrió hacia el escenario, no había escalera para subir, entonces me arrodillé en el proscenio para abrazarla, nunca la había visto tan conmocionada, era la inolvidable AIME PAINE.
-¿Y durante?
-Lloran los personajes.
-¿Qué le dice la palabra revolución? Quien es capáz de cambiar, sabe que es posible.
-Cito a Abilio Estévez: " Señor, déjanos caer en la tentación y no nos libres de ningún mal, permítenos creer que estamos vivos". ¿Coincide?
-Mas vale loco, como decimos en mi Barrio.
-¿Qué dolor ve por las calles? La demencia.
-¿Y qué alegría?
-Los niños que juegan.
-¿Cuál es su causa?
-Soy poca cosa para tener una causa, tengo varias.
-¿Ha conversado con la madre tierra?
-¡No! eso tal vez lo puedan hacer las personas sabias. Le canto Tahil para fortalecerla. Le he pedido permiso a Nguen mapu muchas veces, para interrogarme sin soberbia ni autocompación.
-¿De qué palabras está hecho su espíritu?
-Voluntad, coraje, ideales, amor, misterios , señales, juegos, fé, nostalgias, ingenuidad y sueños.
-¿Escribe sus sueños en una libreta?
-No, los converso con las ancianas mapuches.
-¿Me cuenta uno?
-Soñé que en una atmósfera muy azul en el campo en un Camaricum mi padre me decía “ahora si hija te podrías vestir con el atuendo antiguo”. Después de ese sueño, poco a poco, y en breve tiempo llegaron a mi las prendas necesarias para vestir a la manera antigua, al verme mi padre con el atuendo me dijo: ¡Qué parecida a mi mamá que estás!
-¿Me explica una canción de amor? No, te la canto: “Si la noche de anoche volviera....
-¿Tiene usted su bolero favorito?
-Para cada amor, uno.
-¿Para qué sirve la advertencia: “El tabaco es dañino para la salud”?
-Para nada.
-¿Me dice algo sobre las drogas?
- Que es una de las formas de dominación y sometimiento que ejercen los poderosos.
-¿Ha huido alguna vez?
-Si
-¿Qué es el llanto de un niño?
-Parte de su lenguaje.
-¿Qué lee por estos días?
-“Victor Jara, un canto truncado” escrito por su mujer Joan Alison Jara
-¿Qué cruza por su mente ahora mismo? Que no existen las casualidades.
-¿Qué es un capricho? Pretender algo intrascendente.
-¿Hay una respuesta para todo?
-No, y no importa, lo importante es tener interrogantes.
-¿Sabe Dios algo que los seres humanos ignoremos?
No.
-¿La estupidez viene en papel celofán?
-No, frecuentemente en bolsa de plástico.
-A pesar de tantos años, tantos siglos ¿no le deben los españoles unas sinceras disculpas al pueblo mapuche?
-Los que invaden, matan y someten tienen que pagar, no pedir disculpas.
- Me escribe su epígrafe para la foto?
-Señores yo soy cantora, como mi madre y mi abuela, eso de andar calladita no ha de ser cosa muy buena.
¿Cuántas vidas tiene Luisa Calcumil?
Una sola, intensa, desmesurada.
-En materia de política cultural ¿Qué se debe hacer ahora mismo en esta región del país?
-Conocer, amar, proteger, recrear, y proyectar la diversidad cultural. Con sensibilidad brotan las ideas, el coraje y aparecen los presupuestos. Si hay trabajo, el pueblo tiene motivos para el encuentro y celebrar. En los mega eventos unos pocos se llevan los réditos y la gente deambula consumiendo. En las fiestas populares con todo lo que tienen de ritual, tradición y transgresión, el pueblo es protagonista de la alegría y se fortalece la pertenencia.
-¿Hay una pregunta que usted quiera responder y que no he le hecho? Si.
-¿A quien le interesa que no se fortalezca la pertenencia?: A los que ya tienen los garfios en la Patagonia y a los que se preparan para venir.

La Voz del Interior - Córdoba

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El Trajín - México

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Diario de La Costa


Enhebrando la vida
La reconocida actriz Luisa Calcumil presentó junto a su compañera Valeria Fidel la obra ‘Hebras‘ en el Centro Municipal de Cultura de Viedma. Fue al conmemorarse el Día Internacional de la No violencia contra la Mujer. ‘El universo del teatro nos contiene y nos hace mejores personas‘, coincidieron las artistas.

Luisa Calcumil y Valeria Fidel presentaron Hebras en el marco del Día de la No violencia contra la Mujer. Fue en la Sala Mayor del Centro Municipal de Cultura,donde
un público paciente y respetuoso del trabajo artístico pudo emocionarse y verse gratificado con una presentación que conmueve, que por momentos hiela la sangre o permite reflexionar en ese instante en que lo No dicho se hace latente.

Teatro vivo
Para Luisa la obra es un hecho vivo, un encuentro. ‘La obra siempre es diferente, a veces hay un silencio que se profundiza o está la participación del público a través de una risa o un murmullo. Es un momento especial cuando se produce ese silencio profundo‘, expresó. ‘Somos concientes del universo que creamos con la gente a través del teatro. Nosotras tenemos el mismo asombro que cuando terminamos la obra y la mirábamos de afuera y, no sabíamos que íbamos a tratar estas cuestiones, situaciones de violencia que están y siguen sucediendo porque hay muchas versiones de la violencia‘, agregó. En Valeria, la situación fue muy especial. ‘Para mí es hermoso cuando incluyen al teatro dentro de una actividad de este tipo. Es
un orgullo que el arte esté tomado en cuenta de esta manera y que quede demostrado con la participación del público y la emoción que nos provoca a todos. Es la fuerza del teatro para hablar y poner de manifiesto los dolores, las injusticias‘, reflexionó. Fidel también se refirió a las dificultades que la obra presenta en cuanto al montaje. ‘Fue bueno poder superar dificultades como el hecho de que la función comenzara más tarde de lo pactado. Eso también habla de cómo estamos siendo tratados los artistas, cómo está siendo tratada nuestra cultura en general.Tuvimos que remontar la función y eso hizo que fuera más intensa‘, destacó. El trabajo
La obra se estrenó en Dinamarca en enero de 2004 y su crecimiento es continuo. ‘En esa ocasión recibimos mucho estímulo para seguir profundizando más y definiendo algunas cosas. Así seguimos trabajando y comenzamos a compartir la obra, primero con público de Roca y luego donde nos han invitado‘, contó Valeria, para quien el trabajo con la obra es algo transformador:‘ para mí es algo hermoso porque nosotras nos conocemos de hace mucho tiempo y el vínculo fue creciendo sin apuros y sin forzar nada‘. Para Luisa, el trabajo requiere de mucho estudio.‘Todavía hay cosas para profundizar y nosotras seguimos estudiando. El teatro, como todas las artes, exige una inclinación al estudio, a la observación y a una técnica. Nosotras lo hacemos con la satisfacción de estar incidiendo en la vida cotidiana,no sólo personal sino de muchos otros‘, reconoció. ‘El universo del teatro nos contiene y nos hace mejores personas.A pesar de toda la adversidad, estamos agradecidas de poder decir que somos trabajadoras del arte y lo pudimos hacer.Tendría que ser más fácil y nos preocupa que no lo sea, no sólo por nosotras, sino por los que vienen detrás‘, consideró. ‘Hebras’ se presentó este año en el Espacio Cultural Nuestros Hijos de Madres de Plaza de Mayo, en el predio de la Ex ESMA.
También participa de los espacios generados por el Instituto Nacional del Teatro en Río Negro. En General Roca, la obra vuelve a un público siempre diverso y renovado, cuando las artistas coinciden en esa ciudad y logran conjugar el cuerpo y la palabra en una misma sincronía.

El Tajín - México

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Diario Río Negro

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Diario La Mañana de Neuquén

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Noticias digitales

Canciones y relatos para reflexionar
La cantora mapuche y la banda liderara por Mario Álvarez cerraron su gira en el Complejo Cultural.

De la mano de la Unidad Académica Río Gallegos pasó el sábado por el Complejo Cultural el Concierto ecológico y musical "Conexión a la Tierra" en su XIII Edición.
El espectáculo contó con la presencia de Luisa Calcumil, actriz y cantora mapuche y “Espíritu Salvaje”, banda que fusiona rock con folklore, oriundos de Pico Truncado.
La banda liderada por Mario Álvarez fue la encargada de abrir el espectáculo. “Siux danza de águila”, “Cazador de sueños”, “Como ese cometa va” fueron las primeras canciones que sonaron en el Salón Auditorio. Álvarez resaltó que “Conexión” es hablar del medio ambiente a través del arte. “Nosotros estamos haciendo esto hace mucho tiempo y tenemos como referente de nuestra tarea a Luisa Calcumil, compartir escenario con ella es muy significativo”.
Luego la banda tocó varios temas, incluso con algunos invitados en percusión y saxo, hasta que llegó el turno de “Fulguración”, canción que da nombre al disco.
De este modo llegó el tan esperado turno de la cantora (como gusta que la llamen) Luisa Calcumil, quien subió al escenario con canciones y relatos mapuches.
Calcumil, oriunda de la zona del Valle en Río Negro, agradeció el respeto del público y se mostró muy feliz de poder salir de gira junto a Mario Álvarez y sus músicos. “Es importante vencer los prejuicios y hay que destacar el trabajo que hacen estos jóvenes por la cultura y por la difusión de las cosas nuestras”.

Admiración mutua
En diálogo con “El Periódico Austral”, Calcumil contó que “Conexión a la tierra” nació a partir del respeto y la admiración que sienten el uno por el otro. “Ellos conocían lo que yo hacía y empecé a conocer su música, su arte y fue surgiendo una relación, nos hemos ido encontrando en el trabajo”.
Calcumil destacó que todo es parte de un proceso “no es juntarse por el solo hecho de juntarse” y valoró “el dialogar no sólo con la palabra, con los gestos, la actitud y hasta con el silencio. Me gusta conversar, escuchar, percibir”.
También enfatizó que se usa con demasiada liviandad la palabra compromiso. “Estoy muy orgullosa y me siento responsable que estos jóvenes me hayan elegido como un referente y aprendo de ellos y agradezco que la juventud tenga interés y sean un puente para otros jóvenes” manifestó Calcumil.
Mario Álvarez rescató la historia de vida de la cantora mapuche. “A mí me sirve mucho en una Patagonia que es muy extensa, en el caso nuestro escasean los músicos y de los viejos referentes no se si alguien vive en la provincia de Santa Cruz, entonces me pareció muy interesante reflejar el trabajo de Luisa, encontrar algún nexo que pudiera acercarlo”.
Las propuestas pueden parecer diferentes pero se nota que hay un respeto que llega “hasta la última canción nuestra para dejar todo lo más sereno posible para que ella aparezca. Es importante saber donde concluir. Ella es la madrina del evento” resaltó Álvarez.
La actuación en Río Gallegos significó el cierre de la XIII Conexión. En total fueron ocho fechas por diferentes localidades de la provincia realizadas en forma independiente.
Consultada sobre como se vive la cuestión indígena en la actualidad, Calcumil expresó que “estamos transitando un tiempo en el que se puede opinar, discernir y lo más importante es tener memoria para que no nos vuelva a ocurrir”.
Esta referente de su pueblo marcó como importante “fortalecernos en nuestra cultura, en nuestra forma de pensarnos como personas en este paisaje y no hacer la discriminación al revés ya estamos hace mucho tiempo todos juntos y hemos compartido situaciones dolorosas. Me siento responsable si un niño que no es mapuche no puede ir a la escuela o no tiene con que alimentarse. Me siento que tengo que ver con la historia de los muchachos de Malvinas, los desaparecidos son parte de mi historia también. Tenemos que seguir pensando y reconstruyendo nuestro vínculo”.
Sobre la lucha que mantienen los pueblos originarios, señaló que “a veces es muy fácil decir que los mapuches y tehuelches tienen que luchar por sus tierras y pregunto si creen que el resto de los argentinos la tienen o si la van a tener sus hijos, si van a tener aire puro, agua, creo que a veces hay una excesiva atención en algo porque disimula todo lo que viene atrás”.
En el espectáculo de Calcumil se nota mucha alegría que comparte con el público. “es un poco no victimizarse, hay mucha prensa sobre la pena, el dolor, la tragedia y esto no es disimular la verdad”.
Calcumil, quien también es actriz, llegó hace poco de Chiapas, México, y participó del Festival Internacional de Teatro que se realizó en Mendoza. Ahora retomará su trabajo de humor popular en las escuelas rurales de su región. También tiene un ofrecimiento para hacer una película y viajará este mes a Los Ángeles, EE.UU. “Espíritu Salvaje” tocará en Rosario y están invitados a participar de un festival que se realizará en Bolivia.
Cada uno estará inmerso en su trabajo hasta que el camino los junte otra vez para continuar con su “Conexión a la Tierra”.

Comentario de Paola Carbonel - Periodista

DESDE LA TIERRA MISMA

Es Mujer.

Es indígena.

Y es Actriz.

Pero por sobre todas las cosas es un ser humano consciente del lugar que ocupa y con una necesidad irrefrenable de plantarse ante el mundo para decir “vivo en el sur y vivo de mi profesión de actriz y cantora, a pesar del desamparo tremendo que sufren todos los artistas en nuestro país”.

Es Luisa Calcumil, la Luisa como la conocen sus mismos vecinos de siempre, es su mismo barrio San Martín de siempre. “Aquí nací, aquí crié a mis hijos y aquí voy a morir”, dice con el orgullo propio de los que saben que están en el lugar exacto en el que quieren estar. ESA ES LA MUJER.

Trabajadora incansable para la comunidad mapuche sea conocida en todos los rincones de esta Argentina tan basta a la hora de recorrerla, pero que también se ha dado el lujo de mostrar la cultura de su gente por el mundo. Así Latinoamérica y Europa la han recibido varias veces con toda esa sabiduría inspirada por su pueblo, pero simplemente sabiendo que es una más que se levanta a la misma hora que sus vecinos para ir a trabajar. ESA ES LA INDÍGENA.

Hoy, Luisa Calcumil ofrece “a todos aquellos que no quieren entregar la vida espiritual, intelectual y artística de nuestro país, a los argentinos que realmente les interesa proyectar la cultura nacional desde la raíz”, espectáculos que llevan muchos años recorriendo escenarios dentro y fuera del país. ESA ES LA ACTRIZ.
Paola Carbonell
Periodista

Diario La Mañana de Neuquén

ESPECTACULOS - 24.05.2009
Calcumil, “La cantora”

Buenos aires > Luisa Calcumil actuará hoy a las 21 en el ciclo “Ecos de mi tierra”, que conduce Soledad Pastorutti y Marcelo Iribarne por Canal 7 Buenos Aires. Difusora de la cultura mapuche, estará acompañada por Matías García (percusión), Jorge Morales (guitarra) y Pedro Ríos (acordeón), para presentar parte de su reciente CD “La cantora”.
Esa propuesta musical, con la que Calcumil participó en la Fiesta del Pehuén, en la localidad neuquina de Aluminé, contiene rancheritas, valsecitos cordilleranos, cuecas y milongas, así como piezas del ancestral repertorio mapuche.

Página 12



El país | Martes, 13 de octubre de 2009
Luisa Calcumil, artista mapuche
“Encuentro y lucha” Por Luciana Peker
Desde Tucumán
“Es una morochita que siempre va macaneando”, la definió su marido, Omar García, cuando la conoció en el Valle de Río Negro, hace más de 40 años. Ella hacía el secundario y trabajaba desde los 9 años cuidando niños y niñas en las cosechas de uva y en las fábricas empacadoras de tomate. También conocía la discriminación, la mirada hiriente que atravesaba su pelo negro. “En las escuelas recibíamos burlas por ser mapuches, pero nunca los maestros nos hablaron de nuestra pertenencia”, cuenta.
Luisa Calcumil parió un 11 de octubre, la fecha emblemática en donde se conmemora el último día de libertad de los pueblos originarios, a su primera hija: Cecilia hoy tiene 35 años y parirla en esa fecha es parte de las hebras, la fuerza y los deseos que llevaron a Luisa a parirse a ella misma como una mujer y artista mapuche. También tuvo a Matías, de 28 años, pero se ríe frente a su reclamo de sentirse huérfana de nietos. Aunque sesenteando –como ella cuenta su edad–, su pelo sigue tan brillante y negro y sus rasgos, tan marcados como su alegría.
También sus ganas de viajar, cantar y defender sus orígenes y sus horizontes. Ella vive en Fiske Menuco (que en mapuche quiere decir pantano frío), en Río Negro, una ciudad que oficialmente se llama General Roca y ella se niega a nombrar así. Luisa se define como cantora, actriz, dramaturga, narradora popular. Y, por sobre todas las cosas, obstinada. Como cuando quiso ir a la escuela, a pesar de tener cinco años y que sus padres no tenían para comprarle útiles y zapatillas. Y lo logró. Ya filmó siete películas, de las cuales la más conocida es Gerónima y la que todavía está sin estrenar es El grito de la sangre, de Fernando Mussa.
Ella es un símbolo de la visibilidad de las mujeres mapuches que fueron denigradas, a partir de la conquista que empezó un 12 de octubre, justo el día en el que terminó el 24º Encuentro en el que ella participó cantando en el Centro Cultural Terán, de San Miguel de Tucumán. “Yo planteo los reclamos indígenas en un encuentro con las personas no separándonos”, define. Y explica por qué participa del encuentro: “Las mujeres tenemos la fuerza y somos la esperanza. Pero a mí no me interesa el poder, sino la virtud de torcerles el brazo al consumismo y la enajenación. En nuestra cultura la mujer corajuda, sabia, valiente, alegre es respetada y consultada”.
–Los que quisieron boicotear el encuentro se escudaron en la palabra vida. ¿Qué es la vida en su cosmovisión?
–Encuentros y lucha. ¿Por qué la Iglesia no piensa en los niños que se mueren de hambre y devuelven el oro? La mayoría de los que sufren la indigencia son nuestros hermanos wichí, toba, guaraníes o collas. Para mí la vida es eso que ellos nunca pudieron entender y, por eso, tuvieron que imponer su cultura: la vida es celebración.
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Diario El Jornal

LUISA CALCUMIL, la hija del culchrun y la guitarra
Habla despacio y pausado, como la gente de campo, como el que sabe que no hace falta gritar para que lo respeten. Y eso se puede palpar durante los es-pectáculos cuando su voz se alza (por entre las cientos de personas que la reciben) hablando en «len-gua», interpretando un tahil sin más acompañamiento que la leta-nía del cultrum.
Parece tener algo de «machi» y es posible que de cierta forma lo sea. Cierto es que esta Luisa Calcumil no cura con hierbas, pero como las antiguas machis tiene esa capacidad para hacerlo con la palabra. Porque, ¿qué otro sentido más excelso hay en un hecho artístico que el de juntar esas cosas sueltas que nos andan dando vueltas en el alma?.
Y si es de juntar retazos, cosas sueltas, sabe mucho esta mapu-che, rionegrina y andadora in-canzable de los caminos del sur, que a los 50 años dice que toda-vía no sabe como se metió en es-to del teatro.

(Son casi las tres de la mañana cuando me recibe. Su espectáculo había terminado hacía una hora, que se le pasó firmando autógrafos, dando entrevistas y hablando en lengua con los tantos paisanos que se acercaron a saludarla. Se sienta y me pide que haga lo mismo. A su la-do la infatigable Lilian, con un amor que parece no caber en su pequeño cuerpo, le pide que se abrigue que afuera está por llover).

«Todavía no se como me inicié en esto» dice y recuerda que hace muchos años, como treinta, hizo mucho teatro pero «nada llegaba a representarme, a sentir-me, a completar mi instrumento» aclara. «Sentí que faltaban mu-chas cosas, por lo menos desde el lado al que yo pertenecía. Y entonces fue por esta necesidad que asumí un rol que tiene que ver con la dramaturgia y la ex-presión» agrega.

(Me mira de frente, con mirada tranquila y firme, mientras sus ma-nos juegan con los pliegues de su largo vestido. Se miras las manos, me mira y continúa hablando. Le pregunto algo del espectáculo y me frena).

«Yo no lo llamaría espectáculo. Toda vez que ahora se hace un








espectáculo de todo, especial-mente de los hechos dolorosos y trágicos. Creo que lo mío son ex-presiones artísticas sentidas. Ex-presiones que tienen un alcance. Hasta donde yo puedo, lo máxi-mo» dice y pone un ejemplo: «Llego primero y ayudo a aco-modar las luces, ver el sonido, la imagen. Porque toda ocasión es importante, ya sea en un gran teatro, en una escuela o el medio del campo».

(Lo dice con naturalidad y se nota que no quiere sacar patente de tra-bajadora sacrificada. Se nota que es su forma de ser. Hablamos del respe-to, que «es una respuesta que se construye entre todos» y hablamos también del respeto a lo mapuche y que las cosas están cambiando).

«No tan rápido como a nosotros nos gustaría, pero va cambiando. Nosotros somos mapuches y te-nemos cosas puntuales que res-catar, que revisar. El resto está también de la parte de la socie-dad que tiene que restaurar el respeto y la dignidad para todos. Pero vamos adelante. Vamos, si-no no tendría voluntad ni ánimo para seguir».

(Pienso que debe ser difícil seguir este camino para quien nunca cam-bió el Sur por las luces de la ciudad grande que todo lo absorbe y tritura. Asiento cuando me dice lo difícil que ha sido vencer «la triple dificultad de ser mujer, mapuche y artista» en tiempos mucho más intolerantes que estos que corren. Aunque éstos, por otras razones, también sean com-plicados sin duda).

«Estamos en una etapa muy di-fícil todos los argentinos y ade-más la crisis cultural es univer-sal. Pero así como hay crisis, jus-tamente es cuando aparecen ex-presiones contundentes que se niegan a la mediocridad, que nie-gan el vaciamiento cultural. En-tonces aparece una pasión, y apa-recen aspectos que nos dicen que hay un pueblo sensible. Que hay un pueblo que no va a permitir








que le vacíen la cabeza y el cora-zón. Que nos dejen sin memo-ria».

Luisa Calcumil camina sobre terreno conocido. Sabe mucho de la memoria porque trabaja con ella. Toda su obra es un per-manente paseo por el tiempo. Por esas cosas, olvidadas quizás, pero que están siempre vivas dentro de sus paisanos, de nues-tra gente. Por eso las cuenta con
naturalidad, no como quien se pone ropa prestada para subir a un escenario.
La acción de actuar o de cantar, en Luisa no tiene el mismo sig-nificado que para otros cultores del acervo de este Sur. En ella no hay imposiciones estéticas o na-cionalistas sobre el «ser» pata-gónico. No las necesita, por cier-to, dado que ella «es» patagónica y paisana (con mayúscula). Así sus obras no tienen más ropa que la de la gente del campo («por-que no les voy a dar el gusto –a los poderosos- de ser tratada co-mo algo excepcional» dijo hace un tiempo). Por eso no extraña cuando en su espectáculo habla mitad en lengua y mitad en cas-tellano, o cuando canta una cue-ca, una milonga o un chamamé. Porque todos estos ritmos están metidos en la piel de todos los paisanos, aunque no sean ente-ramente «patagónicos» por defi-nición.















(NOTA DIARIO EL JORNAL DE TRELEW)

(Luisa Calcumil termina de abri-garse mientras la madrugada avanza y en el gimnasio de la escuela se em-pieza a sentir el frío. Acaricia su sombrero cuando una admiradora retrasada nos pide permiso y le a-cerca un cassette con sus temas para que se lo autografíe y, con la sim-plesa de la gente simple, cuenta que eran los últimos diez pesos, pero que valían la pena gastarlos en ella, la actriz vuelve a la realidad a esta no-ta, con los ojos emocionados. En-tonces me habla del campo).

«Hoy la gente que piensa no es-tá solo detrás de una compu-tadora. Está también en el cam-po, viendo en cómo se las arregla para vivir sin nada, sin ningún subsidio, sin ningún valor para el trabajo del campo y muchas ve-ces sin la tierra. Ellos también son los hacedores de esto».

(Hace más de media hora que em-pezamos la nota y Lilian, su pro-ductora, como pequeña mariposa nocturna sigue –infatigable como siempre- cargando cosas y ahora di-ciendo que empezó a lloviznar. Me despido y me enfrento al frío de la noche. «L.J. Lo juimo» murmuro pa-ra mis adentros. Pienso que Luisa se sonreiría).

Alfredo Giménez

Río Negro - VERSIÓN DIGITAL


Luisa Calcumil estará en "Ecos de mi tierra"
La artista y cantante actuará en el programa que se emite los domingos a las 21, por Canal 7. Presentará parte de su último trabajo "La Cantora".
La actriz y cantante Luisa Calcumil, residente en la provincia de Río Negro, actuará en el ciclo "Ecos de mi tierra", conducido por Soledad Pastorutti y Marcelo Iribarne, mañana domingo a las 21, por Canal 7. La artista, difusora de la cultura mapuche, estará acompañada por Matías García en percusión, Jorge Morales en guitarra y Pedro Ríos en acordeón, para presentar parte de su más reciente CD "La cantora".
Esa propuesta musical, con que Calcumil participó en la Fiesta del Pehuén, en la localidad neuquina de Aluminé, contiene rancheritas, valsecitos cordilleranos, cuecas y milongas, así como piezas del ancestral repertorio mapuche.
"Ecos de mi tierra" es un espacio televisivo para la música folclórica argentina que transita por su segunda temporada y en el que se presentan cantantes, compositores, bailarines y figuras de relevancia en la música nacional.
Télam

La Región

Se vino la Luisa... se vino la Calcumil


(...) Viene empujando mi canto
el eco de nuestra historia
soy parte de los que viven
con ilusión y memoria (...)

del poema “Porfía”
Luisa Calcumil, 1995

No es la primera y esperamos que no sea la última visita de Luisa Calcumil. El pasado 5 de septiembre arribó a nuestra región cordillerana una de las tantas militantes de la vida que cobija la Patagonia.
Aquellas personas que, durante su estadía, pudimos compartir nuestros afectos y nuestros sueños sentimos que nos atravesó una brisa fresca de recuerdos imborrables. Esto no es poco en un mundo que cada vez se muestra más y más efímero.
En esta ocasión la trajo la fiesta que vivió el pueblo de El Bolsón al cumplirse los primeros años de una Radio alternativa, FM Alas. En el marco de los 10 años de resistencia en el aire de la Radio, Realizó dos actuaciones en el Centro Artístico y Cultural La Fuente, presentando “Fragmentos de sus Obras” (con la ayuda de su asistente el Sergio), también aportó conocimientos de su cultura mapuche, colaborando con la presentación local de la obra “La Tierra Destrozada”, actuada por los pibes de la comunidad rural de la Rinconada Nahuelpan, y como si fuera poco en la escuela 270 presentó “La Tropilla de Ruperto”, en un escenario montado para el festejo popular, por donde pasaron durante dos días distintas expresiones de la región y el continente latinoamericano. Además se trasladó con “La Tropilla...” Hasta la escuela 89, en la hermana localidad de Epuyén.
Todo este trabajo artístico no le impidió compartir, fuera de los escenarios, su humanidad paisana.
Esta vuelta la Luisa trajo a varios personajes en las maletas y una vez más nos dejó sustanciales elementos para reconstruir nuestra identidad cultural. Así fue como aparecieron, despacito como quien con respeto expone lo más querido, el Ruperto de “La Tropilla...” o la abuela Erminda de “Es bueno mirarse en la propia sombra”, entre otros.
Reconocernos en su labor actoral nos permite activar la verdadera fuerza que esconde nuestro espíritu. Difícilmente una cultura metida a palos nos pueda brindar una sensación parecida.
Hoy nos atraviesa una crisis cultural que destiñe al más pintado. Desde mucho tiempo atrás nos enseñaron a despreciar lo nuestro, a subestimar lo propio, de alguna manera a degradar a nuestra matriz cultural mestiza. Aquella que abraza a los primitivos pobladores, los aborígenes, y a los expulsados de otros continentes; que no eran más que los morochos, los desocupados, los perseguidos por diversas causas, que bajaron de los barcos en distintas épocas. Como diría Aníbal Ford: “Este es un país que se desconoce así mismo”.
De ahí en adelante se nos complica, cada vez más, encontrar algún tipo de orientación que nos permita avanzar como comunidad.
Si alguno de los personajes puestos en escena por la Calcumil nos movieron alguna partecita, que vaya a saber donde a futuro se colocará, es síntoma de que nuestro cuerpo acusa tener buena salud.
Aprender a reírnos y emocionarnos de lo propio, salir de la angustia, es todo un desafío. En ese sentido, Luisa Calcumil es un lago cristalino donde poder reflejarnos.

Gustavo Rivero
Especial para La Región

La Mañana de Neuquén

DIARIO RIO NEGRO, Cultura y Espectáculos, Jueves 21 de julio de 2005



Milonga eterna de una actriz mapuche
La actriz Luisa Calcumil transporta en su alforja cinco obras de teatro. Participó del corto ganador en el último Festival de Cine Independiente porteño. El sábado volverá a Neuquén.
NEUQUEN (AN).- Difícil despegar de la memoria esa angustiante, catártica y misteriosa película llamada "La nave de los locos", un cruce furioso de ideologías, el filme que documentó desde la ficción las venas abiertas de un pueblo que se resiste al castigo.
Ya ha pasado una década, y aún continúa viva la imagen de ese incendio vengativo devorando la hostería que profanaba un cementerio mapuche. Luisa Calcumil mantiene inalterable el fuego de su capacidad creativa. Es más, la potencia con el vigor de un recién iniciado, el entusiasmo de ese aprendiz que se sabe dueño de una fuente de talento.
Luisa Calcumil es una usina imparable, y en la actualidad surca el país regando las fronteras con la calidez de su voz y esa ternura rebelde de su mirada. La actriz mapuche ofrendará al público de esta capital su espectáculo "Aukiñ". Lo hará el sábado desde las 22 en el teatro La Curtiembre -de Juan B. Justo 648-. Un día antes ese mismo espectáculo recaerá en la escuela María Auxiliadora de Junín de Los Andes. Luisa llegará hasta esos pagos para participar del Décimo Encuentro de Trabajo Mapuche. Y un día después podrán disfrutarlo en un café de Plottier, con entrada libre y gratuita.
- Luisa, ¿de qué trata esta nueva obra?
- Es una propuesta que incluye canto noble antiguo, narrativa mapuche, fragmento de teatro y música sureña. Son tres aspectos que tienen identidad y pertenencia en nuestra historia.
Contará que encarna cinco obras casi en simultáneo, y que hace muy poco fue parte de un cortometraje ganador en el último Festival Internacional de Cine Independiente. "En 'Aukiñ' no faltan la ternura y el humor, que en la Patagonia sobra".
- Llega acompañada con músicos amigos.
- En la primera parte estoy sola, luego ingresan Alejandro Brittes (acordeón), Emiliano Farina (guitarra) y Omar Ferreira (percusión). La verdad, son muy buenos.
Se sabe que Luisa puede dejar hasta el último jirón de piel batallando por cuestiones de cultura ancestral. "En primer lugar, lo que me preocupa es seguir transmitiendo cosas de mi cultura, muy vigente en estos tiempos que se conozcan y se respeten. Nosotros estamos vivos, y nuestras prácticas culturales y espirituales también".
En "Aukiñ" hay rito, drama, más un fragmento de la obra "Es bueno mirarse en la propia sombra", que mantiene vigente junto con "Folil", "Hebras" y "La tropilla del Ruperto", una recopilación de humor popular y regional donde se viste de hombre, de domador. Durante ese fragmento, la actriz que acompañó a Miguel Angel Solá, China Zorilla, Inés Estévez y Marisa Paredes en "La nave de los locos" interpreta a una anciana. "Busqué dejar en claro que nuestros ancianos son un símbolo muy fuerte, aquellos que transportan los grandes valores culturales, a los que nos tenemos que remitir para no perder la fuerza, la libertad y la historia" brama Luisa.
- La música tiene una fuerte ligazón con nuestra tierra.
-Recreamos los ritmos de nuestra gente, propios del mestizaje; rancheritas, valsecitos, cuecas, milongas sureñas, no sureras...
- ¿Por qué aclara, 'no sureras'?
- Porque el paisaje de la provincia de Buenos Aires dio origen a un tipo de milonga, pero la nuestra es diferente, por el paisaje, suelo, viento, todo. La milonga es consejera, tiene base en la palabra, y nosotros somos un pueblo de oratoria.
¿Si sigue vigente en el ámbito nacional? El corto "Lejos del sol", su último trabajo, ganó el VII Festival Internacional de Cine Independiente.